La sala Guerrico, en el Museo Nacional de Bellas Artes


Coincido con lo escrito por la autora hasta en los puntos y las comas.
Museo Nacional de Bellas Artes, Barrio: Recoleta, Cobrinha
(En Amo el lugar donde vivo. Buenos Aires, varios autores, 
Moebius Editora)

"Mi lugar preferido de Buenos Aires es el Museo Nacional de Bellas Artes.

Me parece un espacio fuera de tiempo, cuando voy me olvido un poco del afuera y entro como en otra dimensión. La iluminación tenue de cada sala, los olores a pintura y lienzos, siglos de historia y distintas formas de pensar reflejadas a través del arte. No se puede apreciar tanto en una sola visita. Mi forma de disfrutarlo es visitar las muestras temporales y después recorrer un poquito de la colección permanente y dedicarle más tiempo y atención a algún sector, de esa forma siempre descubro algo nuevo e inspirador.

Personalmente, me gusta la planta baja, las obras de Goya y la sala del manierismo y el barroco. Y me llama particularmente la atención la sala de la colección Guerrico: además de las obras en sí, me gusta la disposición de los cuadros que casi cubren la pared entera desde el piso al techo y los marcos superelaborados, que en algunos casos son más grandes que la propia obra. En la parte trasera y casi escondida, hay una pequeña salita con objetos antiguos tales como peinetones gigantes de carey, jarrones orientales, mates de todo tipo y tamaño, y algunas vitrinas con objetos de lo más curiosos como miniaturas de marfil talladas con formas de pequeños demonios, animales o insectos, que se merecerían una muestra aparte."



No hay comentarios:

Publicar un comentario