De viajeros

Yerba mate, Serena Domínguez. Ver aquí.


Buenos Aires criolla, 1820-1850, Luis Alberto Romero.
En este libro el autor recopila escritos de viajeros y otros "observadores" que en el siglo XIX vivieron (o al menos pasaron) algún tiempo en la ciudad de Buenos Aires.

En el capítulo III, La vida social, hay un subtítulo: Costumbres femeninas y es allí donde encontré esta descripción que quise transcribir aquí.
El autor es Xavier Marmier y su libro se llamó en español: Buenos Aires y Montevideo en 1850.

"Nada más gracioso, por otra parte, que el acogimiento expansivo, propio de las porteñas. Se acercan y tienden la mano, desde la primera visita, con las palabras más afectuosas: —"Señor, mucho gusto de ver a usted. Esta casa está a su disposición. Le quedaremos muy agradecidos si quiere venir a visitarnos con frecuencia". Terminados estos cumplimientos, sirven el mate, y la bombilla que uno pone entre los labios pasa sucesivamente de boca en boca. 
Hay en el abandono y en la franqueza de las gentes del país, costumbres más singulares todavía. Por ejemplo: a la segunda o tercera visita que se hace a una familia argentina se dará el caso de que una señorita corte con sus dedos un trozo de bizcochuelo con dulce, para ofrecerlo en la mano, y sin ninguna ceremonia, al visitante. Otra señorita, para cerciorarse de que el té que a uno le han servido tiene bastante azúcar, meterá su cuchara en la taza para probarlo, después de haber probado el suyo. En la mesa, mientras los hombres proponen, a la manera inglesa, beber con ellos un vaso de vino Madeira, la dueña de casa o una de sus hijas pincha un bocado escogido de su plato y se lo manda al huésped con la sirvienta, en la punta del tenedor. Y esta gentileza no puede rehusarse a riesgo de pasar por un hombre muy mal educado. Es claro que viniendo de dos manecitas blancas y de labios rosados, no hay dificutad en aceptar estas gentilezas argentinas. Pero hay ciertos casos... Sea como sea, es una ley del país y todo viajero queda sometido a las leyes del país que visita. 


Cucharas, plata fundida, batida y cincelada. 
Museo Histórico Cornelio de Saavedra. Ver aquí

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