Los enconchados sobre la Conquista de México

La Conquista de México. Tabla IMiguel Gonzales. Ver aquí.

La Conquista de México por Miguel Gonzales, Colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes. Buenos Aires, Argentina
Textos y catalogación por Marta Dujovne

Introducción
Son numerosos los testimonios de la Conquista de México. Aztecas vencidos, tlaxcaltecas aliados de Cortés, los conquistadores mismos abundaron en relatos de la guerra.

Varios códices post-cortesianos fijan, con toda la riqueza de la escritura pictográfica, la visión que los indios tuvieron de los conquistadores, de los terribles agüeros que presagiaron su llegada, del rápido avance español amparado en armas extrañas. Palabra e imagen integran un solo concepto. Los españoles observaron asombrados que los indígenas pintaban aquello de lo que querían dar cuenta. Bernal Díaz lo menciona en varios pasajes de su crónica: en el siempre citado capítulo XXXVIII, cuando Tendile, embajador de Moctezuma, hace pintar a los españoles para información de su señor; más adelante, al hablar de la primera batalla que se libra en la ciudad de México, y al relatar la lucha de Otumba, "tienen muy bien pintada esta batalla y en retratos entallada los mexicanos y tlaxcaltecas".

También los españoles dejaron testimonio inmediato de la Conquista. Lo hicieron los mismos conquistadores, en las cartas de relación de Cortés y la crónica de Bernal Díaz. Lo hace López de Gómara, recogiendo información de fuentes españolas. Pero no hay una crónica pintada.

Sin embargo, siglo y medio después de la Conquista, época en que abundan las ediciones con sus relatos y crónicas, aparece repetidamente como tema de conjuntos de pinturas y de algunos biombos. Estas series de pinturas se caracterizan por su intención de relato, de narración pintada, por su concepto decorativo y por tratarse de enconchados —tableros en los que se combina la pintura con incrustaciones de concha nácar— que fueron muy frecuentes en México entre mediados del siglo XVII y del siglo XVIII. Se conservan enconchados que tratan temas religiosos o históricos, y que a menudo se organizan en series con un desarrollo temático muy fuerte. 
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Sobre las 22 tablas de la colección del MNBA

Los temas
Pintura narrativa, desarrollo de un tema, ilustración de una historia.
El tema es no ya el eje de una pintura sino la columna vertebral de toda una serie; es lo que exige y justifica la realización del ciclo, constituido por obras independientes pero concebidas a partir del conjunto. Aproximadamente cincuenta episodios que abarcan desde el desembarco de Cortés y sus compañeros en San Juan de Ulúa hasta la caída de Tenochtitlán-Tlatelolco y la prisión de Cuauhtemoc.
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La sensación de objetividad que dan las tablas de ve reforzada por el estilo de las leyendas, que señalan a "los españoles" y a "los indios" siempre en tercera persona, sin identificarse con ningún grupo. 
La serie parece estar directamente inspirada en la crónica de Bernal Díaz del Castillo. Es el texto con el que presenta mayores analogías, e inclusive algunas representaciones iconográficas parecen más una transcripción pictórica de las descripciones que hace ese autor que la pintura de objetos conocidos o inventados. 
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Iconografía
Los indios representados, sus trajes, sus armas, sus casas, y los españoles que los enfrentan, no son los aztecas que resistieron a Cortés ni los hombres que acompañaron a este en su campaña. Son una versión posterior y deformada, concebida en una época que estaba lejos de nuestro afán de reconstrucción histórica.
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El traje indígena femenino (formado por enagua y camisa, o cueitil y huipilli) está en general representado con más justeza que el masculino. Esto se explica porque las indias mantuvieron su atuendo después de la Conquista, en tanto los indios abandonaron el uso del taparrabo y adoptaron los calzones, aunque en general conservaron el manto o tilmatli
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En las tablas que describen el encuentro de Cortés y Moctezuma se ven canoas con "indios de danza", que tocan tambores y sonajas. El tambor representado es el instrumento indígena llamado teponaztli. También las canoas, con un extremo recto, están correctamente representadas. 
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La Conquista de México. Tabla XIMiguel Gonzales. Ver aquí.

El palacio de Moctezuma aparece siempre con dos pisos, la sala del trono ubicada arriba; y por la distribución de los ambientes parecería un corte del palacio de Moctezuma tal como aparece en el Códice Mendocino, o también de una casona colonial con su patio central. Un ejemplo de anacronismo y error iconológico es el barandal de hierro forjado que ostenta el palacio.
El hierro forjado fue característica de la ornamentación colonial y ya comentamos lo relativo de las reconstrucciones históricas realizadas en el siglo XVIII. El pintor mezcla los datos históricos con los de su propia fantasía y los de la realidad que lo circunda.
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[Se sabe que] los indios pintaban sobre telas de algodón, pero la primera tabla muestra a un indio utilizando un muy europeo caballete; pintaba a los españoles para llevar esa referencia a su señor Moctezuma (...) los españoles visten casi siempre armaduras metálicas a pesar de que durante la Conquista las utilizaron de algodón.
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En toda la serie alternan las representaciones correctas, elementos totalmente fantásticos, interpretaciones de descripciones literarias y los anacronismos más logicos, o sea la representación de elementos de la realidad circundante a fines del siglo XVII.

Concha de nacar con perlas 
La técnica
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Dos elementos caracterizan a los enconchados: las aplicaciones de nácar y el aspecto un poco similar a las lacas.
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El trabajo de incrustación o taracea (...) está aplicado en las flores de las guardas, los trajes de los personajes y algunos objetos.
(...) el nácar está aplicado en trozos irregulares de aproximadamente centímetro y medio de lado.

Algunas características formales
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La función decorativa de las tablas participa de algunas características de los biombos de un solo recorrido y de las de los tapices y damascos con que se cubrían las paredes. Son frecuentes en el siglo XVII las series de tapices de tema histórico, enmarcados por guardas ornamentales.
Biombos, enconchados y tapices tenían una función decorativa semejante por lo que se facilitaba el intercambio de algunas fórmulas del lenguaje utilizado. 

La Conquista de México. Tabla XVIIMiguel Gonzales. Ver aquí.

En cada una de las tablas de describe más de un episodio; generalmente hay tres escenas en cada una. Están organizadas en tres planos horizontales casi paralelos, diferenciados a pesar de la intención de unirlos por medio de un paisaje único o de crear una continuidad entre los distintos elementos de la composición disponiendo los grupos de personajes a lo largo de una línea ininterrrumpida y ligeramente curva.
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Es característica de estas obras la línea del horizonte muy alta que permite la acumulación de datos narrativos y que, en relación a la pintura perspectivista de la época, trae hacia adelante los últimos planos. Esta organización compositiva había sido normal en la pintura europea llamada primitiva, pero en el siglo XVII solo se utilizaba en algunas fórmulas de decoración. Es en cambio característica del arte oriental, desde los dibujos sobre seda hasta las miniaturas persas. 
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La Conquista de México. Tabla VIIIMiguel Gonzales. Ver aquí.

En general los fondos, las arquitecturas, los paisajitos son solo un esbozo, un apunte, un rápido dibujo, en tanto las figuras están trabajadas con detenimiento, con criterio de cuadro acabado.  Pictóricamente lo más logrado son justamente esos apuntes. Su importancia aparentemente secundaria permitió al pintor trabajar con libertad y manifestar sus cualidades, como en el sombreado de los árboles y la economía de recursos con que sugiere las ciudades. Las figuras trabajadas con detenimiento muestran a veces cierta dureza, incorrecciones en el dibujo, moldes fijos como los de los caballos que se inmovilizan simpre en una misma postura de estatua ecuestre.
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Consideraciones generales
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No nos sorprende el tema —en obras pintadas seguramente para familias españolas—, ni los errores iconográficos, en una época en que el interés etnográfico era patrimonio de muy pocos y en que la reconstrucción histórica fiel no era de ningún modo una exigencia para el artista. Importaba más bien una convención histórica que sirviera para alejar en espacio o tiempo el tema representado —pensemos en los trajes con que se representaba a personajes del Antiguo y el Nuevo Testamento.
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Las tablas de la Conquista son pintura decorativa —para muchos eso significa pintura menor—; realizada por un artista que conocía bien su oficio y tenía sensibilidad pero que indudablemente no era un gran creador.
Sin embargo, en relación a la llamada "gran pintura" mexicana de la época tienen la originalidad de escapar un tanto al modelo europeo, la frescura de cierto primitivismo mezclado al arte muy aprendido, el atractivo que le dan la presencia simultánea del indio en el tema, la cultura europea en la imagen y la oriental en la técnica. 
Quizás sea ante todo en esto, y en esa característica de ser una historia, un relato hecho imagen, en lo que reside el mayor encanto de estas obras.

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